domingo, 30 de marzo de 2014

El juego que todos jugamos

El juego que todos jugamos
La dicotomía de los sexos

Los sistemas simbólicos son usados como instrumento de ordenamiento de conducta colectiva, recreados por prácticas sociales que generan convenciones. Las convenciones que se establecen en cada sociedad en relación a la construcción del género, al ser descubiertas, nos hacen cuestionar por qué conocemos de esa manera la realidad, en específico: ¿Por qué se construye la idea de hombre y mujer?

“La configuración de la identidad personal es un fenómeno muy complejo en el que intervienen muy diversos factores, desde predisposiciones individuales hasta la adquisición de diversas capacidades suscitadas en el proceso de socialización y educación, pero sin duda un factor clave en la constitución de la subjetividad es la determinación de género, eje fundamental sobre el que se organiza la identidad del sujeto” (Rodríguez, 2006: p.1)

Primeramente habría que especificar que entenderemos por los conceptos sexo y género. La primera se refiere a la anatomía y fisionomía de un sujeto. El segundo, como mencionamos en el primer párrafo, es una “construcción de fuerzas sociales que moldean la conducta” (Sterling, 2006: p.18) y en eso es donde abarcaremos este ensayo, en las construcciones (aunque el concepto de sexo también se podría poner a tela de juicio).

La posible respuesta a la pregunta planteada se puede encontrar en un análisis cultural.
Existen argumentos que parten de la Doxa, el discurso social como en el de las iglesias, las escuelas, las universidades, entre otros (González, 2007); por ejemplo, la afirmación de que Dios creó únicamente hombre y mujer otorgándole a cada uno características específicas, por lo general esta afirmación, proveniente de la religión (filtro por el que algunos conocen e interactúan con la realidad), no se cuestiona, se da por verdadera inconscientemente, “siempre ha sido así y así será”.
Otros parten desde un argumento biológico: es por naturaleza que todo ser vivo o es hembra o es macho por poseer un órgano en específico (miembro genital) que le otorga esa facultad física; ante eso habría mencionar que en la biología se ha demostrado que ciertas especies nacen con dos órganos o que muestran conductas que nosotros consideraríamos anormales en relación al apareamiento con especies de su mismo sexo, en fin.

Otro argumento (que se desarrollará más por contener argumentos biológicos y psicológicos) es el de la etología y es que encontramos maneras específicas de actuar de cada sexo que, según Desmond Morris en el 2013 con el video El lenguaje de los sexos, podría revelarnos desde tiempos prehistóricos   por qué lo que conocemos como mujer y lo que conocemos como hombre se fue codificando a su accionar y percibir del mundo actual.

En el mundo “salvaje” también existe esta diferenciación por cuestiones biológicas ¿pasará lo mismo con nosotros?  Si es así, en qué momento se empezó a codificar y a reforzar esta dicotomía, ¿qué ha sido de la mujer sumisa y timorata en cuestiones sexuales?, ¿qué ha sido del varón dominante y cazador sin escrúpulos?, ¿qué causas han determinado los nuevos comportamientos sexuales y cuáles son sus claves? Desde el punto de vista de Desmond Morris, la convivencia de los dos sexos en este mundo confuso y revuelto puede verse como la historia de la lucha humana por alcanzar un nuevo esquema de equilibrio e igualdad entre el hombre y la mujer.

Morris argumenta que las acciones simbólicas de los autores de cada sociedad tienen un trasfondo común, aunque sean diferentes las formas objetivadas de dicha cultura, el trasfondo universal e histórico tiene que ver con la selección natural para la supervivencia o reproducción. El macho o hembra poseen un juego de señales de género biológicas y es en la cultura, donde se encuentren insertos, donde estas señales puedan ser suprimidas o por el contrario resaltadas e incluso modificadas” (Morris, 1997), ya que una sociedad determinada posee un repertorio de códigos que tienen la intención de comunicar algo al otro , sin embargo, el análisis también se puede abordar desde los procesos de significación y comunicación de la cultura ya que los actores que realizan estas formas simbólicas se interconocen socialmente.
Ese es el argumento que explica la existencia de la dicotomía desde la etología estudiada por el zoólogo y etólogo Desmond Morris pero el sociólogo Bourdieu nos dice algo diferente:
No es que las necesidades de la reproducción biológica determinen la organización simbólica de la división sexual del trabajo y, progresivamente, de todo orden natural y social, más bien es una construcción social arbitraria de lo biológico, y en especial del cuerpo, masculino y femenino, de sus costumbres y de sus funciones, en particular de la reproducción biológica, que proporciona un fundamento aparentemente natural a la visión androcéntrica de la división de la actividad sexual y de la división sexual del trabajo y, a partir de ahí, de todo el cosmos” (Bourdieu, 2000)

Esta dualidad construida por los actores sociales ha moldeado la manera en que el sujeto se relaciona con el objeto y como a través de esa percepción se generan otros conceptos, que sin esta dualidad de sexos no existirían (como la discriminación de sexos, los roles de trabajo, maternidad, entre otros que sólo son posibles cuando se construye la idea de los género).

Ya vimos algunos de los argumentos que dicen cómo se va construyendo (característica de la epistemología encantada: “una realidad que se sigue construyendo en medida que el sujeto se relaciona con el objeto”) (Christlieb, 1993) la idea de dualidad sexual y ésta como se hace “cuerpo” (se vive) en el sujeto.

Para comprender como se ha ido haciendo “cuerpo” en los sujetos habría que escudriñar un poco en relación de cómo ha cambiado históricamente las ideas alrededor del tema del género sexual humano, a grosso modo, podemos identificar que en el medievo el papel del género femenino adoptaba las conductas de ser sumisa, obediente, cuidar de la casa todo esto porque se correspondía un una jerarquía familiar donde la cabeza del hogar era un hombre, tomando el ejemplo de la Biblia, la mujer tiene un papel secundario pues todos los reyes, sacerdotes, profetas y levitas en su mayoría eran hombres.
Del medievo a la post-modernidad (nuestra actualidad) hay una gran diferencia de las mujeres de cómo se percibía una mujer, este cambio no tiene que ver con la manera que vamos conociendo la realidad y con la acción simbólica colectiva.  

La manera en que conocemos o interactuamos con la realidad se fue modificando a partir del medievo hasta la modernidad, este cambio de conocer ha sido influido por diferentes concepciones de la realidad que yo diría que fueron procesos o fichas de dominó que tras la caída de una fue dando caída a la otra y así consecutivamente. Esta idea se puede ilustrar con la siguiente imagen que explica de manera muy sintetizada el proceso de construcción del género y sexo por los actores sociales en las distintas etapas de la historia. [Ver Imagen 1] (Rodríguez, 2006: p.27)



Imagen 1
El proceso de la construcción del género y sexo

“Mediante la constitución del orden simbólico en una sociedad se fabrican las ideas de lo que deben ser los hombres y las mujeres. Esto implica una constante división de la vida en esferas masculinas y femeninas que es esencialmente cultural. Las diferencias sustanciales surgidas a partir del género ni implica sólo diferencias entre los valores y expectativas sociales vividos como masculinos y femeninos, sino que conlleva también una diferencia de prestigio y ejercicio de poder entre ambos sexos”  (Garay, 1997)

Aunque como dice en la última frase, la mujer aún en nuestra sociedad existe discriminación de género, tratos despectivos hacia el género femenino, se le asigna mayor estatus al género masculino. Estos serían algunos de los problemas que conlleva como percibimos los géneros en nuestra sociedad. Como menciona una compañera en su blog:
 “El término género seguía de la mano con las trasformaciones no solo de actitud sino también de conocimiento y realidad del ser humano. La lucha constante de las mujeres por ser igual a los hombres les costó mucha sangre pero al final tenemos muchos ejemplos de mujeres que surgieron de los cambios que antes no podían ser vistos como Sor Juana Inés de la Cruz”

Pero ¿Por qué se construye así y no de otra manera? un posible acercamiento a esta pregunta puede ser explicado desde la ideología marxista homologado a la concepción de cultura (no olvidemos que este problema epistemológico pude ser examinado desde un análisis cultural).

Desde la tradición marxista la cultura es vista de otra manera, pondré el ejemplo del vendaje de los pies de las mujeres chinas, una práctica cruel que consistía en vendar los pies de la mujer desde pequeñas para que cuando creciera su pie se quedará en su tamaño inicial otro ejemplo sería el de la lapidación, cuando una mujer comete una falta a su cónyuge esta debe ser apedreada por toda la comunidad. Cuando escuchamos prácticas diferentes a la de nuestra cultura nos sorprendemos, nos maravillamos y deseamos su preservación pero ¿qué pasa con las prácticas antes mencionadas? Más allá de ver que esa práctica se aborda desde otra concepción (la oriental y no la occidental) que justifica su acción también esa práctica corresponde a cuestiones de poder: el dominante (varón) y dominado (mujer). La construcción del género puede corresponder, desde la concepción marxista de la cultura, a cuestiones de poder, pues la cultura es un instrumento de intervención y un dispositivo de poder.

Y estas relaciones de dominado y dominante (que no siempre corresponden a que el varón es el dominante y la mujer la dominada, puede ser viceversa: el matriarcado, por ejemplo) son reforzadas inconscientemente por la sociedad, como mencionó un compañera en el foro de: “es entonces cuando esos ideales se van aprehendiendo y así vamos formando a nuestra sociedad inconscientemente” u otra compañera que argumenta como estos procesos sociales se integran con el tiempo: “con este tema me surgió relacionar la teoría funcionalista de Durkheim donde de acuerdo al funcionalismo, los pensamientos, sentimientos son moldeados por el clima social y van siendo trasmitidos mediante generaciones”

Esta diferenciación de géneros está arraigado en la cultura de la mayoría de los diferentes grupos sociales, se crean códigos de conductas dependiendo a qué género perteneces y estos modelos se adoptan inconscientemente, desde qué deben vestir, cómo deben actuar, que se deben pensar, qué pueden ejercer, cómo se ven a sí mismos, etcétera.

 El punto es que ésta dicotomía, en nuestra sociedad contemporánea, se refuerza con lo que JoengMee Yoon nos dice en su investigación: los colores (rosa y azul).

Nos dice el momento en que se originó esta idea y cómo se ha ido penetrando en las sociedades hasta el punto de construir ciertas “reglas” o “convenciones” en relación al uso de rosa o azul (juguetes, vestimenta, objetos, etcétera).

La construcción de los sexos es reforzada por una serie de códigos sociales que se construyen en una sociedad determinada y estas construcciones en relación a formas simbólicas adquieren características de "convencionalidad", esto quiere decir que cierto objeto u acción con significado "deben" ir acorde al contexto en el que se desarrollan.  Los colores, por ejemplo, refuerzan la dicotomía de los sexos: rosa para mujeres y azul para los hombres en nuestras sociedades contemporáneas.

 Los modelos y representaciones de masculinidad y feminidad difundidos por las formas culturales hegemónicas de cada sociedad según las épocas como el sistema educativo, discursos institucionales,  prácticas de la vida cotidiana, el cine, los medios de comunicación, los discursos literarios, históricos, etcétera, es decir,  todas aquellas disciplinas o prácticas que utilizan en cada momento la praxis y la cultura  dominante para nombrar, definir, plasmar o representar la feminidad (o la masculinidad), pero que al tiempo que la nombran, definen, plasman o representan también la crean, así que “la construcción del género es el producto y el proceso tanto de la representación como de la autorrepresentación”.(Lauretis,2000)


Esta idea de que cierto color se relaciona con el género proviene del sentido común .El sentido común genera conocimiento o explicamos la realidad mediante experiencias sensoriales, que el sentido común es un filtro del cual vemos la realidad y cuando se pone en práctica el conocimiento generado significa que nos estamos moviendo mediante los parámetros o convenciones de los códigos sociales planteados por el sentido común (lo convencional, lo esperado) todo ello en contextos históricamente específicos y socialmente estructurados . El sentido común posee las características, según Geertz, “de ser natural, práctico, transparente, a-sistemático y accesible” (Geertz, 1994: p.107) Esto quiere decir que echamos mano de este conocimiento al ser accesible, existe una "obviedad" en la sociedad el pensar que solo existen dos sexos que así fueron y así siempre será.

La gente sigue estas convenciones, no porque “seamos borregos y lo seguimos por moda” y deberíamos emanciparnos a la represión de las masas como lo argumenta un compañero en el foro, es más bien por que el sujeto las practica en función de cohesión con la sociedad, como contra argumenta el profesor al compañero:
 “Quizá sería más útil intentar comprender por qué los seres humanos actuamos en conformidad con ciertas normas (que según los científicos sociales, dan cohesión a una sociedad), pero también por qué es factible, necesario y deseable que eventualmente existan ovejas negras. La psicología social también ha mostrado hace tiempo que más que tratarse de una cuestión de voluntad individual, las situaciones tienen el poder de hacer que los individuos se comporten según determinadas circunstancias, que tienen que ver con ser pertinente a la situación, o sea, no desentonar, para no quedar marginado.”

Con estos esquemas que estructuran se encuentran funciones orientadoras, justificadoras, cognitivas e identificadora con la sociedad, como menciona una compañera: “nuestro contexto y las creencias mismas de cada cultura son las que determinan lo que asociemos a cada género.  Refiriéndonos a las representaciones sociales, una manera de explicar desde la sociología como los sujetos adoptan inconscientemente “esquemas estructurados estructurantes de una sociedad”.  (Bourdieu, 2007)

Para concluir quisiera mencionar que esta forma simbólica (acción u objeto con significado) al practicarse en una sociedad de una determinada cultura posee la característica de dinamismo. En el caso de la asociación de colores por género JoengMee Yoon decía que inicialmente se utilizaba el rosa para niños y el azul para niñas, el rosa se consideraba un color más varonil y el azul celeste más femenino. Lo que sucede aquí es que el significado de cada uno se desplazó, es decir, que “se atribuye un nuevo significado a los antiguos significantes (cambio por reinterpretación o resemantización)” (Montiel, 2005).

Estamos en una sociedad que sufre cambios constantes por desplazamientos o apropiaciones de símbolos o significantes, ya sea por hibridación, por reinterpretación, por adicción, entre otros. Entonces, ¿cómo concebiremos en un futuro los géneros?, ¿seguirá siendo reforzada por los colores, en específico el azul y rosa? y sobre todo, si se experimenta un cambio en la asociación de colores ¿Habría cambio de ideas en relación a los sexos?

Ante ese dinamismo de la cultura nosotros también “nos movemos”, pues al estar insertos en contextos históricamente específicos y socialmente estructurados, somos parte del “juego”.



Estas construcciones o esquemas los interiorizamos, es parte de nuestra cultura, de la mexicana, por ejemplo, que la mujer se dedique a las labores del hogar y el hombre sea el principal proveedor, los individuos (en su mayoría)  adoptan las formas interiorizadas y formas objetivadas de la cultura y las van apropiando, esto tiene que ver esto con el proceso de identificación, de identidad: la idea que tenemos acerca de quiénes somos y quiénes son los otros, es decir, con la representación que tenemos de nosotros mismos en relación con los demás. Implica, por lo tanto, hacer comparaciones entre las gentes para encontrar semejanzas y diferencias entre las mismas. (Giménez, 2005: 130-137)

Si bien, somos parte del juego pero al mismo tiempo el ser humano posee libertad y esa libertad nos lleva a pensar y poner a tela de juicio los valores, los esquemas, las leyes, las normas, las prácticas,  las convenciones en las que vivimos y es así como los sujetos pueden transformar su contexto, su cultura.




Bibliografía
Bourdieu, P. (2000). La dominación masculina. España: Anagrama.
Bourdieu, P. (2007). El sentido práctico. Buenos Aires: Siglo XXI.
Christlieb, P. F. (1993). Archipiélago: Cuadernos de crítica de la cultura. España.
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LILI, D. V. (16 de febrero de 2014). Obtenido de http://cursos.iteso.mx/mod/forum/discuss.php?d=72157
Montiel, G. G. (2005). Teoría y análisis de la cultura. México: CONACULTA.
Morris, D. (Dirección). (1997). Cuestión de sexos : el lenguaje de los sexos [Película].
Giménez Montiel, M. (2005). Teoría y análisis de la cultura. México. CONACULTA. pp. 31-137
REYES, D. D. (16 de febrero de 2014). Daniela Dagio Blog. Obtenido de http://danieladagio.blogspot.mx/2014/02/pink-and-blue-hombre-y-mujer.html
Rodríguez, P. M. (2006). Educación Social e Igualdad de Género. Málaga: Ayuntamiento de Málaga.
Geertz, C. (1994). El sentido común como sistema social . En Conocimiento Local (pág. 107). Editorial Paidós.
Sterling, A. F. (2006). Duelo a los dualismos. En A. F. Sterling, Cuerpos sexuados (pág. 18). Melusina.




10 comentarios:

  1. Hola Fabiola, muy interesante lo que dices de quien nos dice que es hombre y que mujer y como han cambiado los patrones, sin duda creo que tiene mucho que ver el lugar donde naciste y vives, por ejemplo aquí en Guadalajara la gran mayoría de las familias son machistas y yo la gran mayoría de las que conozco siguen siendo sumisas y adoptan "su rol" las he escuchado decir que a ellas no las han cuerneado pero lo dicen de una manera que aceptan haber tenido sus dudas y aceptan que los hombres son así y todos lo serán siempre, entonces es aguantarse, por otro lado también están las revolucionadas, las "rebeldes" que se invierten los papeles y son las fuertes. Esto creo tiene mucho que ver como mencionas los medios, desde las películas de María Félix que ella era toda fuerte y traía a los hombres muertos y hacían lo que ella quería, muchas quisieron seguir sus pasos y no nomas a ella así han habido otras actrices, y quien sabe igual y llegue un momento en que se inviertan totalmente los papeles, también depende mucho del entorno, ahorita creo que es necesario que tanto como hombre como mujer apoyen en una relación, los dos a mantener la casa, la familia etc.

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    1. Gracias compañero por tus observaciones, opino lo mismo que tu. La cultura y el contexto no solo nos determina también la podemos transformar y eso lo han hecho mujeres claves para la historia.

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  2. Hola compañera! creo que tu trabajo es muy interesante ya que mencionas como nuestras ideas de genero muchas veces están justificadas por la religión o la biología y como cuando algo no entra en estas ideas lo desdeñamos y lo vemos como algo malo o anormal. Al igual creo que es muy importante como mencionas que la cultura toma una papel muy importante en estas concepciones. Creo que en nuestra cultura los roles de la mujer y el hombre son muy específicos. La mujer tiene que dedicarse a su casa, a cuidar a sus hijos y esposos; mientras que el hombre tiene que trabajar y es el que tiene el poder. Estas ideas están fuertemente influenciadas por la religión católica lo cual tiene mucho sentido ya que esta religión es la mas popular en nuestro país.
    Creo que esta muy bien tu trabajo pero quisiera saber mas de tu opinión ¿cuáles son tus ideas del genero y estas cambiaron después de este trabajo o permanecen igual?

    Ps: Si quisieras abordar mas en el tema que plantea Morris de la sexualidad y el genero te recomiendo que leas a la científica Helen Fisher ya que ella aborda este tema y como las ideas que tenemos sobre el amor (que están fuertemente relacionadas con el genero) también tienen de tras la supervivencia de las especie.

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  3. Gracias compañera por tus sugerencias, leeré a Helen Fisher para conocer más del tema desde el punto de vista de la etología :)

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    1. Ademas creo que haces un gran trabajo integrando todo lo que hemos visto hasta ahora; como el contexto, las condiciones sociales y cultura influyen en como conocemos las cosas en este caso las ideas del genero. Citas correctamente a los autores y usas fuentes confiables. Para la próxima te recomendaría apoyarte en la web.
      Saludos compañera!

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  4. Estoy segura de que en el futuro, seguirá existiendo esta dicotonomía, solo de manera diferente dependiendo del contexto histórico. El hombre y la mujer tenemos necesidades diferentes porque somos física y químicamente diferentes, yo no estoy a favor de la igualdad de género. Las mujeres debemos tener consideraciones específicas así como también los hombres. Creo que lo ideal sería buscar la riqueza de estas diferencias y respetarlas, sin embargo, los grupos de poder y las instituciones sociales, siempre harán lo posible por controlar nuestra percepción hacia este fenómeno social a su conveniencia.

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  5. Das unos ejemplos excelentes, usas muy bien las referencias y la bibliografía y si creo que está muy bien integrado todo! :) muchas felicidades la verdad no encontré nada que criticar!

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  6. El trabajo me genero gran interés ya que como mencionas estos roles que se viven sobre las muyeres y hombres son bastante notorios en muchas poblaciones mexicanas se puede observar como es que no han cambado, sin embargo creo que en estos últimos años esta creencia se ha ido desvaneciendo de gran manera.

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